Silvana Martínez, actual presidenta de la Federación Internacional de Trabajo Social estuvo presente en el Congreso Nacional. Habló sobre diversos temas y destacó la firma de la comunicación conjunta de las organizaciones académico-profesionales de trabajo social
Acabamos de firmar por primera vez un documento donde nos comprometemos a trabajar articuladamente las distintas organizaciones a nivel nacional, regional e internacional tanto académicas como profesionales. Este momento de tanta vulnerabilidad hace que sintamos la necesidad de agruparnos fortalecernos y defendernos. Celebro este encuentro y felicito a los organizadores del congreso ha sido espectacular, el nivel de debate, la organización, la calidez y la calidad del recibimiento. Sabemos que es un contexto muy difícil para poder organizar cualquier actividad en este momento en la argentina. Este encuentro nos va marcando a las organizaciones por donde tenemos que ir transitando, la agenda también se va construyendo en estos espacios escuchando la voz de los que están en la trinchera en el territorio, que a veces se sienten en soledad pero que acá se dan cuenta que no están solos y que estamos peleando por ellos.
En cuanto al momento social actual y los espacios colectivos en este contexto manifestó:
El neoliberalismo lo que busca es la fragmentación de los lazos sociales porque justamente las conquistas son producto de las luchas colectivas, de la organización colectiva y de la construcción de poder popular. Los dispositivos de poder apuntan a dividir a aislar, creo que estos espacios de encuentro y de construcción colectiva como son las organizaciones profesionales y académicas son claves en estos momentos de poder aunar esfuerzos, tejer esperanza y organizar resistencias.
¿Cómo evalúa la organización del trabajo social argentino?
Los colegas en este momento están en un desafío importante porque primero están luchando por su propia sobrevivencia. Muchos están siendo despedidos, no se renuevan contratos, si ya estaban precarizados la precarización se extremó, es una instancia de defensa por su propia condición humana. Pero en este momento de más vulnerabilidad es donde más hay que aferrarse a nuestras organizaciones profesionales, a nuestras organizaciones nacionales y aprovechar este plafón internacional para sentirse respaldados para hacer las denuncias, meter presión, pedir audiencias con los gobiernos, funcionarios con quien sea, estaremos ahí acompañando este proceso. Es un escenario muy complejo porque las políticas neoliberales están atravesando el cuerpo la piel y los huesos de los ciudadanos y nosotros no estamos ajenos a este proceso de desmantelamiento de políticas públicas, de desguace del Estado, de transferencia monetaria a los grandes sectores concentrados. Sin embargo, creo que genera un momento de oportunidad.
En cuanto a su nuevo rol como presidenta de la FITS manifestó:
Es un logro histórico producto de las luchas colectivas que venimos dando en la región de una federación internacional con una impronta anglosajona y norteamericana y donde por primera vez desde 1928 asume la presidencia una trabajadora social de Argentina y de la región América Latina y el Caribe. Esto es producto de todo un trabajo y una estrategia política colectiva que supimos construir a pesar de las diversidades y de la pluralidad. Sin embargo, pudimos hacerlo a partir de fijar objetivos que vayan a mediano y largo plazo que superen las posturas individuales y vayan marcando un horizonte de sentido para poder posicionar al trabajo social de América Latina y el Caribe en el escenario internacional. No necesariamente por una cuestión corporativa, sino porque necesitamos tener la voz de nuestros trabajadores sociales en un escenario internacional porque es a partir de políticas que se dan en este escenario que se fijan e impactan a nuestros países directamente y eso llega a la ciudadanía. Tener estos espacios en la ONU en la OIT en UNICEF es clave.
En este sentido explicó algunos cursos de acción.
Uno de mis proyectos es presentar a la OIT la necesidad de que declare al Trabajo Social como una profesión de riesgo. Si es declarado tendríamos mucho más poder especifico de pelear para que los colegas puedan, sumado a la Ley federal de Trabajo Social, pedir medida de protección psicológica y física pero también un plus por riesgo laboral. Estos son espacios, no solamente de construcción y consolidación del colectivo profesional, sino también espacios de denuncia y de lucha por problemáticas sociales que no solamente nos afectan a los argentinos, sino que son problemas globales.
También habló de las metas para esta gestión.
Un desafío es politizar la FITS, es una organización en si bastante apolítica y conservadora. Una de mis propuestas cuando me postulo era la dimensión política ideológica como dimensión constitutiva del trabajo social. Tuve que argumentar eso porque los colegas no entienden porque tenemos esa mirada política, lo vinculan con lo político partidario. Lo primero es democratizar y politizar la federación, abrir nuevos espacios de debate para que puedan tener una mirada más amplia y enriquecida de lo que es el trabajo social y no tan centrada en Europa y Norteamérica. Después construir una nueva agenda global de trabajo social y desarrollo social donde haya una participación colectiva de muchos actores sociales y no solamente una agenda donde tomemos puntos de agendas de organismos internacionales, ver cómo podemos materializarlo en cuestiones y practicas concretas que mejoren las condiciones de vida y laborales de los trabajadores sociales y de los sujetos con los cuales trabajamos.
También destacó el apoyo y acompañamiento de colegas de la región
Creo que tenemos la capacidad política la voluntad la trayectoria, todo lo que he pasado como presidenta de FAAPSS y de mi colegio me ha ayudado a tener una experiencia importante a la hora de conducir el destino de más de 3 millones de trabajadores sociales que, si bien tiene una complejidad específica, creo el apoyo de nuestros colegas a nivel nacional y regional hace que uno no este solo en esta lucha. Me siento muy fortalecida y capaz no sé si de lograr todos los objetivos, porque parece mucho 4 años, pero en realidad no es tanto para la tarea titánica que tenemos, pero me conformo con dejar un nuevo rumbo y dejar una huella que no se pueda borrar y esa impronta de trabajo social latinoamericano y caribeño a nivel internacional.