Por la Comisión de Ética y Disciplina del CPAS
Nuestra intención en este artículo no pasa por “dar recetas” para la elaboración de informes sociales; si no por el contrario, poder poner este instrumento como medio para el análisis colectivo respecto a las prácticas profesionales individuales. El desafío pasa por re-mirar-nos en este hacer cotidiano y tan del Trabajo Social, revisándonos desde la mirada crítica.
Intentamos con este análisis poner énfasis en este espacio de la tarea profesional naturalizado.
Todo informe social busca dar cuenta de la dinámica social y desarrollar nuevas formas de trabajo (intervenciones: propias o de otros organismos públicos o privados) que puedan dar respuestas a las problemáticas planteadas, más allá de las condiciones institucionales a las que como trabajadores estamos sujetos. En este objetivo, el informe social encierra en sí mismo una direccionalidad política que le subyace y por la que cobra razón de existencia y/o elaboración. La posibilidad de Trabajo Social del contacto directo con los sujetos de la intervención y su vida cotidiana, nos permite acceder a una cantidad de datos e informaciones acerca de cómo se expresa la cuestión social en los mismos; y las significaciones que ellos mismos hacen de las situaciones de desigualdad y exclusión. Y de esto también deben dar cuenta nuestros informes… “que exprese la riqueza de las prácticas de Trabajo Social y explicite su actoría social en los procesos en que participa, en los cuales se instala con visión de acción para la transformación social” (Melano, M.C).
La acción profesional direccionada a la producción de un Informe Social, supone una interpelación de la realidad y la vida del otro, que, incide directamente en su reproducción social. Como dice Susana Cazzaniga: “nuestro accionar tenderá a la promoción de autonomías o la cancelación de las mismas” (Cazzaniga, 2001).
En informe constituye un instrumento de poder, y de acuerdo al posicionamiento ético-político de la profesión debemos construir con claridad: ¿para qué informamos a quien?, qué es necesario informar? Que emerge como consideraciones profesionales imprescindibles enunciar/denunciar?
El Informe Social es el producto del proceso diagnóstico destinado a dar cuenta de la situación de vida de una persona, grupo o familia, en un tiempo y lugar determinado. El proceso de diagnóstico implica la realización de una investigación cualitativa acotada y particularizada en una situación singular de las expresiones de la cuestión social. La génesis de un informe social es la expresión institucional de una problemática, y el fundamento del mismo; es la intervención como intento de respuesta en términos de acceso a derechos en dicha situación de necesidad.
La participación activa del sujeto de la intervención profesional, es central en la producción de conocimientos sobre la dinámica social. Es de relevancia ética rescatar tanto su palabra como aquellas expresiones que den cuenta como esa persona o grupo siente y expresa sobre determinada problemática.
Cabe aclarar que un informe social, metodológicamente, puede constituir la intervención total en un caso particular, o bien, una acción puntual en el marco de un trabajo procesual de intervención social; ello dependerá de la institucionalidad donde Trabajo Social esté inserto, de la o las problemáticas sobre las que se intervenga. En toda situación, el secreto profesional siempre juega un rol importante y en muchos casos dilemático en torno a lo que se informa y su uso posterior.
La entrevista semiestructurada y la observación participante son las herramientas metodológicas que sustentan el proceso de diagnóstico. La entrevista se constituye aquí en el marco contextual de la producción de la información por parte de los sujetos actuantes, es así mismo un ámbito relacional que permite al otro pensar sobre su propia vida y repensarse en su condición de sujeto social. Coincidimos aquí con M. Iamamoto cuando expresa “la existencia de una relación singular en el contacto directo con los usuarios… refuerza un cierto espacio para la actuación técnica, abriendo la posibilidad de reorientar la forma de la intervención, de acuerdo con la manera de interpretar el papel profesional…” (Iamamoto, M . 1997).
Algunas consideraciones específicas al momento del escrito o elaboración del Informe Social:
- Todo informe Social (salvo caso contrario como por ejemplo estar actuando como perito de parte en forma individual en el ejercicio profesional libre), se encuentra enmarcado en una institución (estatal o del tercer sector): por lo tanto debe presentar logo identificando a la misma.
- En estos tiempos de intervenciones en problemáticas complejas, en el marco de Equipos interdisciplinarios (salvo situación donde el informe sea solicitado por un tercero en forma individual al profesional de Trabajo Social; o se trata de una acción propia de las articulaciones de los organismos de asistencia social que así lo prevén: ejemplo claro de ello puede ser la gestión de colchones y frazadas), la realización y firma de un informe incluye a la totalidad de los profesionales intervinientes.
- El informe debe presentar una estructura lógica, lenguaje claro, de modo tal que pueda ser comprendido por el lector. Debe mantener cronología en los hechos que se describen.
- Debe garantizar el secreto profesional. En este punto cobra relevante importancia vincular el para qué del informe respecto del que informo (clarificante ejemplo es la realización de un informe para la obtención de colchones y frazadas; el mismo no necesita detalles respecto a las posibles y múltiples otras necesidades y/o problemas de ese grupo familiar salvo caso que sea enviado a organismo que pudiere o debiere dar respuesta a ello). La elaboración del informe debe presentar los datos relevantes, manteniendo reserva de aquellos que se consideren adyacentes al objeto por el cual se elabora el informe en cuestión.
- Si se identificaran en el proceso de indagación situaciones de vulneración de derechos se debe sugerir en el informe expresamente la necesidad del organismo pertinente. En algunas ocasiones se debe realizar informe poniendo en conocimiento al sector correspondiente de necesidad urgente de intervención (derivación asertiva)
- Todo informe es parte de una intervención situada. Por lo tanto la entrega del mismo exige su documentación probatoria de ello. Por ese motivo una copia del informe enviado a otro organismo amerita el anexo de una copia con recibido con fecha y firma del recepcionista que deberá constar en legajo/historia clínica/ficha de intervención o su homónimo.
- Es derecho así mismo del profesional de Trabajo Social, si no posee la certeza del manejo confiable de la información que debe presentar en su informe, de mantener ciertas reservas en el mismo explicitando para su presentación que se encuentra a disposición para una ampliación personal y directa de los datos recabados.
- Los acuerdos generales consideran que todo informe social tiene validez de 3 meses corridos a partir de la entrevista registrada que le da origen. Respecto a este punto, cabe aclarar que las construcciones de validez dependerán de los mecanismos instituyentes de las diferentes esferas del Estado (un ejemplo: si soy parte de un equipo interdisciplinario que valida el ingreso u admisión a un registro único para acceso a préstamos para microemprendimientos, y, anualmente se entregan 50 prestamos; debería ser ejercicio institucional y profesional que anualmente se actualizaran esos informes…) esto quiere hacer emerger que la validez dependerá también de los marcos institucionales acordados (ya que un informe social es homologo a una foto o radiografía de momento, tan variable como la vida misma de las personas.
- En las intervenciones por demanda espontánea (eso es, no por pedido formal escrito, de un organismo que tiene como función la garantía de derechos; es decir Jueces, Subsecretaría del Niño, Niña y Adolescente, u otros con función similar) debe anexar a expediente u historia clínica consentimiento expreso de los sujetos de la intervención su aprobación a divulgación de datos personales para fines de satisfacción de necesidades y/o derivaciones.
Como Tribunal de Ética y Disciplina de este Colegio Profesional, nos ponemos a disposición para poder reflexionar junt@s respecto a las particularidades de las intervenciones sociales. Sabemos que los elementos que se manifiestan en este escrito son solo algunos de los que podemos mirar-remirar-miranos-remirarnos en términos de Trabajo Social y que no dan por acabado el tema de informe social. Al contrario, buscamos abrir el debate si es necesario para que en ello siempre emerjan posibilidades de jerarquización profesional.
Les recordamos que el Tribunal sesiona ordinariamente los primeros y terceros martes de cada mes de 14.30 a 16 hs en la sede del Colegio.
Bibliografía:
- Cazzaniga, Susana. Técnicas e Instrumentos en la construcción metodológica. Documento de Cátedra, ESTS de la UNLP; 1994.
- Melano, María Cristina. El Registro en Trabajo Social. Estilos y lecturas. Trabajo Social (Montevideo), Año VI-Nº 12, p. 2-11.
- Montaño, Carlos. La naturaleza del Servicio Social. Un ensayo sobre su génesis, su especificidad y su reproducción. Ed. Cortez; 2000.
- Iamamoto, Marilda Villela. Servicio Social y División del Trabajo. Un análisis crítico de sus fundamentos. Sao Paulo Ed. Cortez, 1997.
- Antunes, Ricardo. El trabajo y los sentidos. Get, Montevideo, Octubre 2002
muy bueno…creo que ademas tiene que ver con una institucionalización de conceptos y sujetos, la dimensión de valoración ética es muy importante ya que muchos profesionales se preocupan por la mediates de la derivación antes de realizar un análisis de valoración critica.