En un acto sin muchos precedentes en el país, el Tribunal de Ética del Colegio de Profesionales de Servicio Social de Neuquén decidió expulsar al asistente social Ricardo Grisotto por haber comprobado su actividad como informante del Ejército en tiempos de la última dictadura militar, manteniendo esa “función” en Neuquén capital aun después de la caída de los militares, en 1983. Es la primera vez en la Patagonia que a un profesional sus pares le quitan la matrícula, inhabilitándolo para ejercer tanto a nivel local como en el resto del país. Grisotto sigue viviendo en la capital neuquina.
La sanción a Grisotto comenzó a gestarse cuando sus pares neuquinos descubrieron su nombre en la lista de colaboradores del Ejército Argentino que la revista Veintitrés publicó el pasado enero. Allí figuraba como miembro informante que reportaba al Batallón 601 de Inteligencia, ubicado a pocos kilómetros de La Plata, ciudad de donde es originario.
Fuente: Diario Página/12