El Lic. En trabajo social Fernando Reyero abordó el tema contra la baja en la edad de punibilidad desde estrategias profesionales y sistema de responsabilidad juvenil. Planteo la construcción desde la presencia en la agenda política desde los años 90 a la fecha.
Reyero se refirió a “como se construye un imaginario en relación a los jóvenes que presentan algún conflicto con la ley penal como la causa originaria del problema del delito y como Argentina fue renovando y actualizando las leyes en relación en materia de niñez. Todavía la creación y el sistema de puesta en acto de del sistema de responsabilidad juvenil es una vacancia y una cuestión más vinculada a esta construcción mediática y una cuestión específicamente de campaña de elecciones por parte de algunos candidatos.»
El porcentaje de delitos cometidos por menores es muy bajo, ¿por donde pasa el imaginario social respecto de los jóvenes?
«Creo que hay una construcción social en torno a un imaginario de que son los causantes de la mayor cantidad de delitos. En la provincia de Santa Fe estamos hablando de mil cien, mil doscientos atenciones por parte del ámbito de la justicia penal juvenil. Estamos hablando de una población relativamente pequeña es un porcentaje muy bajo. La provincia de Santa Fe en materia de justicia penal juvenil del año 2008 a la fecha ha ordenado las intervenciones que realiza desde el ámbito del poder ejecutivo, esto requirió un trabajo con el poder judicial donde solamente se atienden jóvenes punibles de delitos, es decir 16 o 17 años. Ese fue un criterio ordenador porque antes se trabajaban causas de pibes de 12 a 17 años, lo cual reduce la población.»
¿Por qué hay que decir “no a la baja”?
«Primero porque Argentina es firmante de todo tipo de pactos internacionales que establecen que la edad mínima de punibilidad tendría que estar entre los 16 o 17 años por lo tanto esto implica cambiar el sistema legislativo. Al ser firmante de tratados, estos son supraconstitucionales es decir que están por encima de nuestra constitución. Por otro lado, me parece que es más una cuestión de educación y desconocimiento. Estar privando de la libertad o bajo una medida socioeducativa de cumplimiento obligatorio, estar condenando a un sujeto que todavía no cumplió esta mayoría de edad y que no tiene pleno ejercicio de sus derechos de ciudadanía, me parece una locura.»
En cuanto a la inclusión como solución reflexionó:
«El problema está vinculado a políticas de Estado claras. Los adultos no hemos podido resolver estas vacancias que tiene el área de la niñez, me parece muy cruel estar responsabilizando a una población especifica de esta vacancia que los adultos no han podido resolver.»