Siendo que uno de los objetivos fundamentales del Colegio Profesional es el otorgamiento y control de la matrícula, el Tribunal de Ética y Disciplina conjuntamente con el Directorio, después de reflexionar en relación a ésta función institucional, se plantea que el momento de la matriculación no puede ni debe quedar restringido a un mero acto administrativo, ni a un ritual.
Es así que queremos darle al momento de la matriculación el carácter de inicio de proceso en el ejercicio profesional, aportar desde lo simbólico a la pertenencia, la identidad, y fortalecer la colegiación como integración a un ámbito de referencia. Que desde una relación dialéctica se plantee un camino desde lo individual a lo colectivo y desde este a lo individual, para garantizar intervenciones cualitativas.
Entendemos que quien expresa su voluntad de colegiación debe comprometerse ante sus colegas a respetar las normas institucionales, pero fundamentalmente a enriquecerlas desde un posicionamiento crítico, de pertenencia y construcción que da la participación activa.
Estamos por todo esto convencidos que la Jura como instancia previa al momento de la matriculación debe ser condición obligatoria.
El colega al jurar lo hará por quien el desee, pero no puede dejar de jurar por las normas y principios éticos que señalan el devenir y el camino de la institución; como se menciona en la fundamentación al Código de Ética, este “es la afirmación de un compromiso con valores que operativamente se traducen en derechos y deberes éticos- políticos…, que nos compromete con la ética en el ejercicio profesional, como un aporte a la construcción de nuestra identidad, tanto al interior de nuestro colectivo profesional como en relación con otras profesionales y/o disciplinas….”.
Es así que queremos darle al momento de la matriculación el carácter de inicio de proceso en el ejercicio profesional, aportar desde lo simbólico a la pertenencia, la identidad, y fortalecer la colegiación como integración a un ámbito de referencia. Que desde una relación dialéctica se plantee un camino desde lo individual a lo colectivo y desde este a lo individual, para garantizar intervenciones cualitativas.
Entendemos que quien expresa su voluntad de colegiación debe comprometerse ante sus colegas a respetar las normas institucionales, pero fundamentalmente a enriquecerlas desde un posicionamiento crítico, de pertenencia y construcción que da la participación activa.
Estamos por todo esto convencidos que la Jura como instancia previa al momento de la matriculación debe ser condición obligatoria.
El colega al jurar lo hará por quien el desee, pero no puede dejar de jurar por las normas y principios éticos que señalan el devenir y el camino de la institución; como se menciona en la fundamentación al Código de Ética, este “es la afirmación de un compromiso con valores que operativamente se traducen en derechos y deberes éticos- políticos…, que nos compromete con la ética en el ejercicio profesional, como un aporte a la construcción de nuestra identidad, tanto al interior de nuestro colectivo profesional como en relación con otras profesionales y/o disciplinas….”.