El trabajo decente es un Derecho Humano y Social, “el trabajo decente es aquella ocupación productiva que es justamente remunerada y que se ejerce en condiciones de libertad, equidad, seguridad y respeto a la dignidad humana”1
El trabajo decente es más que un propósito, es el Derecho de las personas a ejercer efectivamente su condición de ciudadanos.
«¿Qué sucede en este sentido con nuestro quehacer profesional? ¿Cómo se configura nuestra praxis profesional en las precarias condiciones laborales actuales? Y más aún ¿qué implica lo anterior si nosotros, en tanto trabajadores que vendemos nuestra fuerza de trabajo, sufrimos las repercusiones de un sistema que nos explota, pero al cual ayudamos a solventarse?”2 Peor aún ¿cómo se entiende o clasifica el trabajo que no es rentado? Espacios donde muchas veces somos convocados los trabajadores sociales.
Si se cumpliera con las normas internacionales del trabajo, con empleos dignos y bien remunerados; elegidos con libertad, con protección, y dónde el diálogo social sea la base de sustentación; reflejarían el aumento del bienestar y el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Para ello es necesario consolidar un modelo de crecimiento donde el empleo sea un objetivo de la política económica.
Si se cumpliera con las normas internacionales del trabajo, con empleos dignos y bien remunerados; elegidos con libertad, con protección, y dónde el diálogo social sea la base de sustentación; reflejarían el aumento del bienestar y el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Para ello es necesario consolidar un modelo de crecimiento donde el empleo sea un objetivo de la política económica.
Los trabajadores sociales estamos insertos en la matriz de las contradicciones laborales y, por ende, también de aquellas por las cuales se reproduce el sistema vigente con mayor fuerza. Nuestro tradicional papel como intermediarios entre el Estado y los sectores populares nos ubica como los principales implementadores de las políticas públicas que, como diría Carlos Montaño (2001), aún siendo una conquista de las clases trabajadoras, resultan instrumentos privilegiados de legitimación y consolidación del orden hegemónico.
El momento que vivimos es un momento lleno de desafíos. Hoy como nunca es preciso tener coraje, es preciso tener coraje para enfrentar el presente. Es preciso resistir y soñar. Es necesario alimentar los sueños y concretizarlos día a día teniendo como horizonte nuevos tiempos más humanos, más justos y más solidarios.3
El momento que vivimos es un momento lleno de desafíos. Hoy como nunca es preciso tener coraje, es preciso tener coraje para enfrentar el presente. Es preciso resistir y soñar. Es necesario alimentar los sueños y concretizarlos día a día teniendo como horizonte nuevos tiempos más humanos, más justos y más solidarios.3
Fragmento de artículo elaborado por Subcomisión de Asuntos Laborales. María Inés Cavalie – Sandra Bitschin – María Jose Martínez – Sara López .
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1- Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. “Trabajo decente: significados y alcances del concepto. Indicadores propuestos para su medición.
2- Revista Síntesis, www.revistasintesis.cl. Valparaíso, Chile.
3- Iamamoto Marilda. “El Servicio Social en la Contemporaneidad. Trabajo y formación profesional”, Ed.Cortez, Brasil, 2003, pág.29.