El profesor Norberto Alayón fue distinguido por parte la Universidad de ciudad de Juarez para dictar la cátedra patrimonial “Natalio Kisnerman in memoriam” en homenaje al destacado trabajador social argentino. La misma tendrá lugar del 26 al 30 de octubre, y la temática será «El quehacer contemporáneo del Trabajo Social».
¿Cómo surge la convocatoria?
Fui invitado formalmente por las autoridades de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Chihuahua (México), ámbito académico donde se instauró la Cátedra Patrimonial “Natalio Kisnerman in memoriam”. Consiste en un ciclo anual de conferencias, que se imparte durante una semana, destinado a docentes, alumnos y graduados.
¿Qué implica para usted como profesional esta convocatoria?
Se trata de una distinción académica que he aceptado con beneplácito. Que dicha Universidad mexicana haya propuesto mi nombre para asumir la responsabilidad docente de una cátedra conmemorativa de la trayectoria internacional del colega Kisnerman, constituye un honor para mí, como profesional y como persona.
¿Cuáles son los puntos más importantes de su exposición?
Expondré acerca de mi enfoque sobre la caracterización del Trabajo Social como profesión y su relación con las temáticas de pobreza, exclusión, política social y asistencia.
¿Cuál es el legado que dejó Kisnerman en México?
Natalio tuvo una muy destacada actuación académica en todo México, país al que fue invitado en muchísimas ocasiones para dictar conferencias y cursos de grado y posgrado. Sus contribuciones fueron muy valoradas por la comunidad profesional de este hermano país y ello fue generando una significativa corriente de adhesión y aceptación de sus planteamientos y de sus publicaciones.
Esta cátedra, instituida por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, viene a ratificar el reconocimiento de las y los colegas mexicanos a la importante trayectoria y a los aportes de este destacado trabajador social argentino.
¿Qué representa para Ud. Natalio Kisnerman?
Conocí a Natalio en 1965, cuando yo cursaba el último año de la carrera en el Instituto de Servicio Social de la ciudad de Buenos Aires. Él había ingresado ese año como Supervisor de las prácticas de Trabajo Social de Grupo, pero no lo tuve directamente como docente.
En diciembre de ese año él me convocó a lo que fue mi primera tarea profesional. Hacerme cargo de la coordinación de un grupo de adolescentes del Colegio Nacional Buenos Aires y del Colegio Carlos Pellegrini. Natalio coordinaba el Equipo de Asistentes Sociales del Departamento de Bienestar Estudiantil de la UBA. A partir de marzo de 1966 me ofreció incorporarme al Equipo de Asistentes Sociales.
A fines de 1966 se bifurcan nuestros destinos profesionales. No me renuevan el contrato en la UBA, por haber firmado una declaración pública en contra del golpe militar de Onganía, que fue publicada en los medios. Natalio, hacia enero de 1967, se radica en la ciudad de General Roca, provincia de Río Negro, donde fue designado profesor en el Instituto Superior de Servicio Social de dicha ciudad. Desde ese entonces hasta su muerte, acaecida en julio de 2006, Natalio vivió y desplegó su intensa y fructífera labor profesional en esa ciudad del Comahue.
No teníamos plenas coincidencias profesionales, ni tampoco cívicas, pero siempre re-conocí en Natalio a un muy destacado y muy responsable profesional y docente. Sentía y ejercitaba muy auténticamente y con gran idoneidad la profesión de Trabajo Social.Sin duda alguna, fueron estas grandes y muy valiosas condiciones -profesionales y humanas-, las que lo llevaron a Natalio a ser tan reconocido y querido en México.