En numerosas oportunidades hemos editorializado, resaltado y reiterado en las palabras de bienvenida a los encuentros, en las asambleas, en los espacios laborales propios, hemos militado sobre la necesidad de participar del Colegio como espacio colectivo de construcción política.
Siempre hemos insistido en que el Colegio somos todos, y no solo el reducido número de personas que conducimos la gestión desde un lugar absolutamente desprovisto de intereses particulares, con miras a la construcción y al aporte de todos, desde los consensos, pero también a partir de los disensos, intentando nutrirnos y crecer desde las diferencias, con respeto, y siempre desde lo constructivo, no en posturas que solo queden en la crítica. Porque trascenderla también es sinónimo de crecimiento profesional, de jerarquización, de lucha por el espacio.
Sentimos que hemos crecido como colectivo profesional, nos hemos jerarquizado, ocupamos espacios en el ámbito de lo público, de lo privado, en iniciativas intersectoriales, en lugares de discusión con otras profesiones, pudiendo defender posturas, argumentando, aportando a la interpretación de la realidad desde un lugar que trasciende el espacio de ejecución de políticas, diciendo todo lo que el Trabajo Social tiene para aportar al mundo de las Ciencias Sociales, desde la interdisciplina, complejizando la mirada y sentando posiciones.
Sin embargo, todo lo que el Colegio ha podido realizar con el acompañamiento de los colegas que se han comprometido, no solo como conducción, sino como colaboradores, o sumándose a Comisiones de Trabajo, es insuficiente. Nos encontramos en un momento en el cual hemos generado acciones en diversos sentidos y necesitamos que los colegas participen activamente, que se sumen a la vida institucional del Colegio, con una mirada propositiva.
En ocasión de celebrar nuestros 25 años como Institución, nos dimos el gusto de reunir a varias generaciones, a las pioneras, que soñaban con un Trabajo Social jerarquizado y pujante en los albores de la democracia, y a los profesionales más jóvenes, los que hoy hacen de eso una realidad en una democracia consolidada, en una coyuntura que exige profesionales sólidos, desde lo teórico, lo metodológico, pero fundamentalmente desde lo ético y político. Y eso, compañeros, no se logra desde la soledad de las instituciones, no se consigue en una carrera individual por mejorar nuestras competencias, se construye y se afianza en lo colectivo cuando se trasciende la suma de las individualidades y se construyen sujetos colectivos, políticos y activos, capaces de transmitirlo a los sujetos de la intervención profesional.
El colegio, desde la gestión cotidiana, ha emprendido numerosas acciones que necesitan del sostén de los colegas: la Comisión de Asuntos Laborales, la Secretaría de Relaciones Institucionales, Asuntos Técnicos, y las diferentes sub comisiones que de ello se pueden desprender para encarar las acciones que hoy no podemos realizar porque nos es humana y materialmente imposible.
La tarea de los miembros del Directorio y del Tribunal de Ética es ad honorem y no prevé licencias laborales. Ocupamos nuestro tiempo libre, el que podría tener destino a la familia, a la recreación, al ocio, o a un trabajo remunerado. Pero sostenemos y defendemos el compromiso de construir y jerarquizar un Trabajo Social santafesino que necesita de todos y todas, de aquellos más avezados que traen su largo recorrido de experiencias, y de los más jóvenes, que vienen con las ganas, el empuje y la esperanza de lo nuevo, del camino por desandar.
A aquellos que sientan que este es su lugar, que el Colegio es su espacio para apropiarse colectivamente, los esperamos.
Siempre hemos insistido en que el Colegio somos todos, y no solo el reducido número de personas que conducimos la gestión desde un lugar absolutamente desprovisto de intereses particulares, con miras a la construcción y al aporte de todos, desde los consensos, pero también a partir de los disensos, intentando nutrirnos y crecer desde las diferencias, con respeto, y siempre desde lo constructivo, no en posturas que solo queden en la crítica. Porque trascenderla también es sinónimo de crecimiento profesional, de jerarquización, de lucha por el espacio.
Sentimos que hemos crecido como colectivo profesional, nos hemos jerarquizado, ocupamos espacios en el ámbito de lo público, de lo privado, en iniciativas intersectoriales, en lugares de discusión con otras profesiones, pudiendo defender posturas, argumentando, aportando a la interpretación de la realidad desde un lugar que trasciende el espacio de ejecución de políticas, diciendo todo lo que el Trabajo Social tiene para aportar al mundo de las Ciencias Sociales, desde la interdisciplina, complejizando la mirada y sentando posiciones.
Sin embargo, todo lo que el Colegio ha podido realizar con el acompañamiento de los colegas que se han comprometido, no solo como conducción, sino como colaboradores, o sumándose a Comisiones de Trabajo, es insuficiente. Nos encontramos en un momento en el cual hemos generado acciones en diversos sentidos y necesitamos que los colegas participen activamente, que se sumen a la vida institucional del Colegio, con una mirada propositiva.
En ocasión de celebrar nuestros 25 años como Institución, nos dimos el gusto de reunir a varias generaciones, a las pioneras, que soñaban con un Trabajo Social jerarquizado y pujante en los albores de la democracia, y a los profesionales más jóvenes, los que hoy hacen de eso una realidad en una democracia consolidada, en una coyuntura que exige profesionales sólidos, desde lo teórico, lo metodológico, pero fundamentalmente desde lo ético y político. Y eso, compañeros, no se logra desde la soledad de las instituciones, no se consigue en una carrera individual por mejorar nuestras competencias, se construye y se afianza en lo colectivo cuando se trasciende la suma de las individualidades y se construyen sujetos colectivos, políticos y activos, capaces de transmitirlo a los sujetos de la intervención profesional.
El colegio, desde la gestión cotidiana, ha emprendido numerosas acciones que necesitan del sostén de los colegas: la Comisión de Asuntos Laborales, la Secretaría de Relaciones Institucionales, Asuntos Técnicos, y las diferentes sub comisiones que de ello se pueden desprender para encarar las acciones que hoy no podemos realizar porque nos es humana y materialmente imposible.
La tarea de los miembros del Directorio y del Tribunal de Ética es ad honorem y no prevé licencias laborales. Ocupamos nuestro tiempo libre, el que podría tener destino a la familia, a la recreación, al ocio, o a un trabajo remunerado. Pero sostenemos y defendemos el compromiso de construir y jerarquizar un Trabajo Social santafesino que necesita de todos y todas, de aquellos más avezados que traen su largo recorrido de experiencias, y de los más jóvenes, que vienen con las ganas, el empuje y la esperanza de lo nuevo, del camino por desandar.
A aquellos que sientan que este es su lugar, que el Colegio es su espacio para apropiarse colectivamente, los esperamos.
Lic. Carina Belletti
Presidente CPAS